La Orden de la Prímula prólogo

Tema: La Orden de la Prímula prólogo Vie Mayo 27, 2011 3:02 am

Prólogo:
Pequeñas benefactoras

Bueno; soy un escritor aficionado y recién hice esta historia sobre hadas. Me basé en diferentes leyendas celtas, sobre todo la llamada "Changeling".
Le doy una tonalidad oscura a la historia y es algo violenta, pero espero que la disfruten... Todos los datos sobre hadas y elfos me los he sacado de diferentes leyendas celtas, nórdicas, etc...

]color=indigo]Ella era una verdadera arpía. Con valentía soporté humillación tras humillación, poniendo sonrisas forzadas ante cada uno de los amantes de mi mujer. El que tuviera amantes era una cosa, pero lo que realmente odiaba era que no se esforzaba en lo más mínimo para ocultarlos de mí. Yo lo sabía, mis vecinos lo sabían y nuestras familias también. Simplemente ella disfrutaba humillándome, porque me odiaba.
Nunca la culpé por odiarme; el nuestro fue un matrimonio arreglado desde el día en que nacimos, ya que nuestras familias no tenían intención alguna de compartir sus enormes fortunas con alguien menos afortunado. Y sabíamos que si nos divorciábamos terminarían por desheredarnos. Como dije; no la culpé por odiarme, pero el hecho que se descargara conmigo hizo que la odiara de vuelta.
Pero la niña, esa chiquilla a la que me veía forzado a reconocer como mi hija fue el colmo. No tenía otro remedio, legalmente tuve que aceptarla, pero como mínimo me negué a que fuera bautizada con mi apellido. Mi mujer constantemente insistía en ello, pero no. Tenía mi orgullo y ésta era la única oportunidad que tenía para devolverle parte de lo que me hizo. Pero ella insistía e insistía, hasta que perdí la paciencia y le pregunté por su maldito interés.

— Ambos sabemos que ella no es mi hija. Mucho hice ya con inscribirla en el registro de la familia. ¿Por qué no me dejas en paz?
— No me creas si no quieres, pero temo por mi bebé. Si ellas ven a una bebé tan hermosa como ella, la desearán. La única forma de evitar que se la lleven es que sea bautizada. Herbert, por favor, sabes muy bien por qué no puedo darle el apellido de su padre biológico.
— Y yo no entiendo nada de nada. ¿Quién se llevará a la niña? ¿Los ovnis?
— Las hadas.
— Vete al demonio, Bárbara —respondí molesto. Una cosa era que me pidiera favores, pero una muy diferente era que de paso, aprovechara a burlarse de mí.
— No me creas, pero yo las he visto. Yo misma estuve a punto de ser secuestrada por ellas cuando era muy niña, pero yo sí estaba bautizada. Eso me salvó.
— Como dije antes, vete al demonio —contesté de forma cortante. Di media vuelta y salí de la habitación.
— ¡Es verdad por el amor de Dios! —Me gritó presa de la furia y la excitación. Oficialmente yo ya estaba harto, por lo que le hice un gesto obsceno con mi dedo medio y continué mi camino.
— ¡Herbert! ¡Herbert! ¡Her…

Su repentino silencio me puso en alerta. Entonces agucé el oído y pude percibir un llanto proveniente de al habitación de la niña. Ambos corrimos a ver qué sucedía. Ella presa del pánico y yo de la curiosidad. Llegamos justo a tiempo para ver cómo seis damitas aladas tomaban a la niña en brazos y depositaban un pequeño bulto en su cuna.

— Tomaremos lo que necesitamos. Dejaremos lo que despreciamos.
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Tema: Re: La Orden de la Prímula prólogo Sáb Mayo 28, 2011 10:22 pm

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