Hola a todos los que me han leído. Espero que les haya gustado. La historia continúa aumentando el nivel de violencia, pero no se preocupen; porque hasta aquí lo pienso dejar. Una vez más: todos mis datos sobre hadas y elfos son mitos celtas, francos y nórdicos así que no acepto reclamos. Pero si hay alguien que quiera cooperar con un dato nuevo; bienvenido sea
II
El rostro del enemigo
Me desperté sobresaltada. Una vez más tuve ese horrible sueño. Nunca conseguía recordarlo. Sólo sabía que siempre era el mismo sueño. Tuve miedo. Sabía que algo dentro de mí quería que recordara algo, algo muy importante; pero no lo conseguía.
La primera vez que tuve el sueño fue hace cinco años, cuando se hallaron los cadáveres de más de cincuenta Hadas Vily. Toda una comunidad aniquilada sin la menor consideración. Fue la primera de aquellas constantes carnicerías en contra de mi pueblo, pero no volvimos a oír un reporte semejante durante cinco años, pero desde hacía dos meses los reportes eran diarios. El número de hadas siempre variaba, pero la brutalidad de las muertes era la misma.
Ahora ese sueño venía a mí diariamente. Tenía algo que ver con las masacres, eso era seguro.
— Lady Titania, Lord Oberon me mandó a buscarla. Hay noticias nuevas sobre los asesinatos.
— Puck, no estoy de humor.
— Hay una sobreviviente…
Me incorporé de un salto y bajé al salón del trono donde me estaba esperando mi marido. Se le miraba muy preocupado.
— ¿Y?
— No le queda mucho tiempo, pero quiere usar sus últimas fuerzas para mostrarnos el rostro del enemigo.
Entonces volví a ver a la sobreviviente, o lo que quedaba de ella. Le habían cortado todas las extremidades, incluso las alas. Estaba en una hoja a modo de camilla mientras varias compañeras trataban de contener la hemorragia de las múltiples cortadas que tenía en el cuerpo.
Ella me vio a los ojos y como era su plan, usó sus últimas fuerzas para mostrarnos la horrible escena.
Todo comenzó normalmente, una chica humana arrancó una flor protegida por un hada jardinera; era rubia, llevaba el cabello corto, blusa rosa, una falda corta y jeans. Como castigo, la chica debería ser convertida en flor para reemplazar la otra. Pero el hechizo salió mal, ella se encogió en vez de transformarse. Entonces tomó al hada por el cuello.
— ¿Todos los feéricos son así de idiotas? Espero que no. Verás cariño: yo soy invulnerable a tu magia. He consumido suficiente jalea de saúco y ensalada de tréboles como para resistir un hechizo de la propia Titania.
— Te encogiste.
— No soy un ser humano común. Yo cambio de tamaño a voluntad. Si estuviera de mi tamaño normal, no podría matarte de la forma que quiero.
Entonces se quitó sus aretes, los cuales eran amuletos de ilusión mágica. Sin ellos, la chica se mostraba tal cual era, con la piel cubierta de una substancia viscosa y transparente color ámbar. Además tenía puesta una horrible armadura con varias cuchillas incorporadas
— Esta es la armadura T-81. Es la sincronización perfecta entre magia y tecnología; la máquina de matar feéricos más perfecta del mundo. Tienes diez segundos para huir antes que venga yo y te haga pedazos. Ahora, corre.
No había que repetirlo. El hada huyó con toda la velocidad que sus alas le permitían, pero pronto una cuchilla apareció frente a ella a una gran velocidad y cortó sus alas.
— Mi trofeo. Bonito.
La caída la había aturdido, por lo que no pudo evita que la chica usara sus cuchillas para cortarle sus piernas y brazos. Ya no había escapatoria.
— No te preocupes linda, soy enfermera por lo que podré mantenerte con vida el tiempo necesario para divertirme contigo por tres días seguiditos.
— No, recibí una llamada de la jefa —dijo otra muchacha con armadura que se apareció detrás de una maleza. — Dice que hoy es el día de declarar la guerra, por lo que debes dejar a ésta en paz.
— ¡Oh! Ni modo… nos vemos en el otro mundo hadita.
Las asesinas se separaron del hada dejándola sola con su dolor. Comenzó a gritar por ayuda. Ya no tenía salvación, pero quería alertarles a todos de la gran amenaza.
El recuerdo terminaba ahí. Todos nos miramos. Si esas malditas querían guerra, eso iban a obtener. Nuestra especie tiene el don de la vida eterna y el don de la magia; pero eso se obtiene a cambio de no tener alma. Si morimos, es nuestro fin absoluto.
Hicimos un homenaje a la chica que nos trajo la información necesaria y pasamos a planificar cómo poder detener a esas dos jóvenes y a todos sus cómplices, porque dos personas no alcanzaban para hacer tanto daño en tan poco tiempo.
La guerra había comenzado,
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Yara terminó de estudiar para su examen de psicoanálisis, que sería el próximo día a primera hora y se fue a dormir. Se envolvió en su edredón color rosa y soñó con caramelos, ositos de felpa y un príncipe azul.